Como un marco fluido y acogedor, una elipse irregular que da el sentido del devenir, Anisha limita un espacio vacío, lo define y lo llena con su luz, suscitando una mágica sensación. Anisha es adecuada para una infinidad de ambientes y usos. En la entrada, en la zona de día, en la habitación, en el escritorio, con un espíritu ligero y una identidad inconfundible: tanto encendida como apagada.